miércoles, 26 de agosto de 2009

Registros y documentación eclesiástica

No son pocas las personas que "pagan el noviciado", cuando comienzan a buscar la historia de su familia y que se encuentran con que no pueden seguir su investigación en el Registro Civil de Chile cuando los antecedentes de que disponen los llevan más atrás del año 1885. Muchas quedan con la frustrante información del funcionario que le atendió en alguna de las oficinas y que le dijo "no existe más información". A ellos les puedo decir: NO SE DESESPEREN. SÍ HAY INFORMACIÓN, PERO NO EN EL REGISTRO CIVIL.

Para los efectos legales, todos los nacimientos, matrimonios y defunciones (sepultaciones) acaecidos en Chile con anterioridad a la puesta en funciones del Registro Civil (1 de enero del año 1885) son los que figuraron inscritos en los Registros de Bautismos (bautizos), Registros de Matrimonios y de Sepultaciones (defunciones) de las diversas parroquias y misiones religiosas repartidas hasta por los más recónditos lugares del territorio chileno, especialmente los de la Iglesia Católica Apostólica Romana. Dichos manuscritos logran dar luces sobre esos principales hechos fundamentales en la vida de un ser humano, desde la perspectiva religiosa.

Convento Franciscano de San Leonardo de Porto Mauricio, en Collipulli, Araucanía
(www.radioviaducto.cl)

A diferencia de los plazos impuestos en la Ley de Registro Civil, y su reglamento, que son perentorios para la inscripción de los nacimientos y las defunciones, es fácil encontrar que, en el caso de los bautizos, los niños y niñas registrados no eran recién nacidos si no que tenían muchos días, semanas, meses y hasta varios años desde ocurrido el nacimiento. Este hecho era normal debido, principalmente, a que los padres de la criatura no tenían residencia en las cercanías de la parroquia y sólo podían presentar a su hijo para la recepción del sacramento cuando un cura párroco salía a realizar un circuíto de evangelización, a lomo de caballo o en carreta, por la comarca de su jurisdicción. En el mundo rural del siglo diecinueve, y anteriores, pocos eran los padres que tomaban la precaución de tomar nota (cuando sabían leer y escribir) de la llegada a este mundo de un bebé, lo mismo cuando se producía el fallecimiento de un infante, así es que las fechas o edades de los niños registrados en aquellas épocas no tienen una alta exactitud desde el punto de vista histórico, aunque sirven de aproximación para el efecto de buscar más antecedentes familiares. Es altamente probable que en las condiciones de aquellas épocas una gran cantidad de neonatos y pequeños niños y niñas, que fallecieron de corta edad, jamás hayan alcanzado a recibir el bautismo y sus nombres no se hayan registrado en un Libro de Bautizos o Sepultaciones, por lo que si alguien de la familia no anotó los acontecimientos descritos, esos pequeños jamás existieron para la sociedad chilena, y con el tracurso del tiempo sus recuerdos fueron olvidados en las siguientes generaciones de la familia.

En investigación realizada por mí, he hallado antecedentes sobre bautismos efectuados por sacerdotes de la orden franciscana en la localidad de Collipulli (un hijo y una hija de mis bisabuelos, en los años 1884 y 1885) y en sus alrededores, tales como Chiguaihue y La Esperanza (hoy Villa Esperanza), siendo en este último lugar en donde tenían residencia los padres de las futuras esposas de dos tíos abuelos míos, quienes contrajeron matrimonio en Pitrufquén el año 1906, a 130 kilómetros más al Sur de Collipulli.

Inscripción del bautismo de una de mis tías abuelas

La actual ciudad de Collipulli nació en el mes de noviembre del año 1867 como uno de los fuertes militares del ejército chileno durante la época de la ocupación, "pacificación" y colonización de la Araucanía. El convento y capilla de la misión franciscana de Collipulli data de aproximadamente el año 1869, pasando a llamarse, en la década de los 1880, como Convento de la Misión de San Leonardo de Porto Mauricio, nombre dado en honor a un ejemplar misionero italiano de la orden franciscana, nacido en el siglo diecisiete y ordenado sacerdote en el año 1702.

Un muy interesante documento para revisar, cuando se encuentra disponible, es el expediente de la dispensa matrimonial. La dispensa es un permiso muy especial otorgado por el Obispo de la Diócesis, o por el Vicario General, a los contrayentes del matrimonio, cuando existen impedimentos legales descritos en la legislación eclesiástica. En los informes que la conforman aparecen detalles relevantes, tales como el parentezco que liga a los novios o hasta la situación económica o social en que vivían: "las madres de los contrayentes son hermanas" (primos), "pobreza de la novia", etc. En lo personal, he tenido acceso a varias dispensas de diferentes ancestros míos, presentados al cura párroco de Bulnes, en la Provincia de Ñuble, y que fue elevada a la consideración del Obispo de La Concepción. En ellos he podido recuperar información histórica sobre los antepasados de mi familia paterna, quienes fueron descendientes de antiguos habitantes de la comarca en que se encontraba la colonial Hacienda Larque.

Ejemplo de una solicitud de dispensa

Cuando se acaba la investigación en el Registro Civil de Chile debemos obligatoriamente "dar un salto" hacia la sagrada información que contienen los registros de las diferentes parroquias. Desgraciadamente, estos registros están en constante peligro de desaparecer. La decoloración de la tinta, la humedad y hasta los incendios de los archivos han terminado por hacer casi imposible reconstruir las líneas familiares sin muchos registros. Gracias a la cooperación de la Iglesia Católica Chilena, en la década de los 1970 fue posible preservar muchísimos libros con sus antiguos registros de la mayoría de las parroquias chilenas a través del proceso de microfilmación efectuado por la Sociedad Genealógica de Utah, cuyas imágenes hoy pueden ser vistas en las máquinas lectoras de microfilms ubicados en las diferentes sucursales que tiene dicha Sociedad en varias ciudades de Chile, a través de un Centro de Historia Familiar.

Los registros parroquiales son otro fundamental recurso que no se debe olvidar de revisar, en especial cuando la historia familiar retroceda más allá del año 1885.