jueves, 3 de septiembre de 2009

La Internet: herramientas extras para la historia familiar

Una noticia aparecida en el sitio Web de una comunidad genealógica de habla inglesa (Genealogy Wise), en la que se comenta acerca los resultados de una reciente exposición y conferencia sobre genealogía en los Estados Unidos de América, me ha motivado a escribir este post. La noticia señala que una de las conclusiones de esa Conferencia fue que quienes se interesan en encontrar a sus raíces o acceder a la información sobre la familia, pueden hallar lejanos parientes y hasta personas ajenas a la familia - los que pueden tener antecedentes o porciones desconocidas de recuerdos históricos y anécdotas - utilizando con generosidad las diversas herramientas de comunicación social que provee la Internet. No sólo se debe navegar entre las páginas Web que poseen bases de datos con apellidos, si no que se debe ser un activo participante de sitios que provean herramientas de expresión personales, de comunicación y de encuentro con otras personas, tales como crear blogs o ser partícipe de grupos, como por ejemplo Facebook.

Mi propia experiencia señala que hay utilizar al máximo cualquier posibilidad de comunicación a través de la Internet, y hasta atreverse a hacer cosas que normalmente podrían ser consideradas como "descabelladas". Les relato una serie de acciones que efectué y que como resultado me llevaron a obtener información y documentos auténticos sobre una de las ramas de mi familia:

Frustrada primera visita al interior del Museo Municipal de Bulnes

En el verano del año 2007 visité la localidad de Bulnes, en la Provincia de Ñuble, que está ubicada a unos veinticinco kilómetros al Sur de la ciudad de Chillán. Un auténtico Certificado de Nacimiento de mi abuela paterna, emitido en el año 1894, señalaba la calle Condell de aquella localidad como el lugar en el que ella nació y en la que sus padres (mis bisabuelos) tenían residencia. Un letrero anunciaba la existencia de un Museo y me dirigí hasta él para empaparme de la historia local. El Museo estaba cerrado, porque todo el poblado estaba de fiesta y habían actividades familiares por el aniversario de la fundación de Bulnes. Debí regresar a mi ciudad de origen sin haber podido ver la exposición histórica ni tampoco consultar sobre la posible existencia de datos de mis antepasados. Una vez en mi casa, pensando acerca mi desafortunada visita a Bulnes, a la que por la distancia no me es posible visitar de manera frecuente, recordé que en la fachada de la antigua casa que es usada como museo de Bulnes había una placa que decía "Museo Municipal". Pensé: "si dice que es municipal, entonces debe ser dependiente de la Municipalidad". Mediante el buscador encontré la página Web de la Ilustre Municipalidad de Bulnes, y en ella aparecía un listado de las direcciones de correo electrónico de los encargados de los distintos departamentos. Entonces escribí a la persona responsable del Museo. Lamentablemente la dirección no existía en el servidor de correo electrónico y me "rebotó". No me di por vencido y reenvié el mensaje a la dirección del Alcalde, con una muy respetuosa nota de explicación sobre el porqué se lo enviaba a él. Al día siguiente me respondió la secretaria del señor Alcalde, quien me dijo que mi nota había sido entregada impresa al encargado del Museo. Ese mismo día recibí un email de aquella amable persona, con quien tuve un prolongado intercambio de emails durante varios meses. Esta persona, sin ser pariente mío, tenía abundante documentación de mis antepasados y me regaló un conjunto de antiguas solicitudes de dispensas matrimoniales, que databan desde el año 1835 y hasta 1890, en las que aparecían bisabuelos, tíos bisabuelos y una serie de parientes desconocidos hasta esa fecha por mí. La parroquia de Bulnes, años atrás, había desechado aquellos viejos papeles y estaban en la basura. Este buen hombre que me ayudó, un amante de la historia de la pequeña ciudad en la que residía, rescató de su destrucción cientos de dispensas matrimoniales y fue un puente que me conectó con mis ancestros de esa antigua zona agrícola de Chile. Seis meses después de mi primera visita a Bulnes conocí personalmente a este buen hombre, ocasión en la que me regaló más antecedentes sobre mis antepasados y sobre la historia de la localidad. Dos meses después de haberlo conocido, aquel autodidacta historiador de la comuna falleció... Si me hubiera quedado sólo regañando, a manera de reacción natural por aquel "infructuoso" primer viaje a Bulnes, jamás me hubiera ocurrido el feliz encuentro con aquel buen hombre que tenía un día señalado para su partida de esta vida, y jamás habría tenido tan abundante información genealógica e histórica sobre una de mis ramas de ancestros. ¡Hay que ser proactivo, hay que ejecutar diversas acciones, hay que atreverse! Los resultados no se logran sólo soñando, si no que hay que efectuar labores que por añadidura atraigan esos resultados esperados.

Por último, escribo acerca de una segunda experiencia personal que tuve, y que espero sea otra motivación para que quienes estén buscando vestigios de otras ramas de su familia se atrevan a usar Internet, con sus más diversas herramientas de compartir con otros:

En junio pasado recibí un mensaje que me avisaba sobre la publicación de un comentario en una de las distintas fotografías que yo había "subido" hace dos años atrás al sitio Web "Panoramio". El mensaje estaba relacionado con la solictud de ayuda para que aquel nuevo usuario pudiera aprender a subir fotos de la misma localidad que yo había fotografiado, relacionada con ancestros de la zona de Queilen y Detico, al sur de la Isla de Chiloé. El comentario estaba firmado por alguien que tenía un apellido familiar para mí. Le dí instrucciones para publicar fotografías y aproveché la ocasión para preguntarle si él tenía entre sus antepasados a los míos, dándole algunos nombres. Luego de un breve intercambio de mensajes, en un par de días supimos que éramos familiares, y que el abuelo de aquel usuario de Internet era un anciano primo de mi madre. Ella pudo contactarse telefónicamente con su pariente, y en estos días estamos haciendo planes con mi hermano para llevar a mi mamá a la lejana caleta de Detico, en la Isla de Chiloé, tierra de sus antepasados paternos.

Visitando Queilen. Al fondo, la isla Tranqui.

Entonces ¡A usar la buenas herramientas que nos provee la Internet!