jueves, 4 de junio de 2009

Escribiendo tu historia personal y familiar (primera parte)

Quizás te has sentido desanimado(a) cuando te ha venido a la cabeza la idea de escribir los hechos de tu familia. Lo primero que piensas es que debes redactar la historia empezando por el nacimiento de una persona y repasando todos los hechos cronológicos desde allí y hasta el presente. Para que tu visión se amplíe, aquí hay un par de sugerencias que te darán ánimo para que logres llevar a cabo tu proyecto de una manera exitosa en un corto período de tiempo. Éstas las extraje de unos folletos de ayuda publicados por la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días. En este post veremos el "metodo de capítulos", y en uno próximo veremos el "método cronológico".
Método de capítulos
Consiste en escribir pequeños ensayos o historias, cada uno con un tema distinto. Ésto te permite cubrir pequeños trozos de tiempo y concentrar tus pensamientos en algún recuerdo atractivo o interesante. Aquí hay una lista de temas que posiblemente te gustaría incluir en tu historia personal o familiar, en forma de capítulos:

  • Lleva contigo un cuaderno para anotar ideas que quisieras incluir en tu historia. Usualmente la inspiración nos viene mientras cumplimos tareas diarias o cuando estamos usando la locomoción colectiva o hablando con alguien. Si no escribes esas ideas cuando se te ocurren, desaparecerán para siempre.
  • En vez de usar libros encuadernados caros, es preferible guardar tus composiciones en una carpeta anillada. De esa manera puedes agregar hojas tus hojas perforadas, reordenarlas o insertar fotocopias de documentos, fotografías y dibujos. También serviría una carpeta con abundantes fundas plásticas. Existen de dos tamaños: oficio y carta.
  • Es aconsejable conservar el primer ensayo de un tema, aún cuando quieras revisar lo que has escrito años después. Tu perspectiva y tu filosofía cambian con el paso de los años, y es bueno entender cómo y porqué han cambiado. Tus descendientes podrán beneficiarse al considerar ambos puntos de vista.
  • ¡No te preocupes de tu habilidad para expresarte! Cuando te expresas de corazón tu posteridad te oirá y te amará... aún con mala ortografía o con palabras muy simples.
  • Será interesante para tus descendientes ver tu caligrafía. Si tienes por costumbre usar un procesador de textos de computadora para crear documentos, o para escribir tu diario personal, no olvides archivar algunos pensamientos escritos con letra de tu propia mano.
  • Al crear cada capítulo no olvides de poner la fecha.
  • Incluye tu historial médico. Además de ser interesante leer cómo un ancestro, por ejemplo, recibió una cicatriz, a veces las características médicas de nuestros antepasados son importantes para nuestra propia salud.
  • Medita y pregúntate :"¿Qué es lo que quiero que otros sepan de mí?" ¿Te hubiera gustado saber algo más de tu abuelo, o de tu mamá o de tus tíos y tías, por ejemplo? Posiblemente ellos no escribieron acontecimientos de sus vidas y, quizás, sus historias se perdieron para siempre. Piensa en los temas que debes incluir en tu historia personal.
  • No tengas temor de hablar con franqueza, con humildad y con cuidado acerca de tus debilidades, tus fracasos y tus errores. TODOS los tenemos, y tus descendientes pueden recibir apoyo y ayuda en tu ejemplo al haberte arrepentido o al haber vencido un desafío o una prueba en tu vida. Cuando sea necesario, espera para poder hablar sin rencor y sin emitir juicios en cuanto a otras personas. Con humildad expone tanto lo negativo como lo positivo en tu vida.

2 comentarios:

  1. Omar, me parece que es un ejercicio excelente y vaya que me hubiese gustado haber heredado algo así de mis padres o abuelos me parece un excelente reto a llevar a cabo para mis hijos o futuros nietos, muchas gracias por los consejos. Un abrazo!!

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    Respuestas
    1. César:
      Te aliento a que hagas memoria de tu vida, tomes unos minutos cada semana y escribas una pocas frases durante un mes. Pasado el tiempo, te darás cuenta que irán "regresando" recuerdos a tu memoria, que querrás compartir con tu descendencia. Este hábito te será también a ti muy útil.
      Querido amigo, un abrazo para ti.

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